Gudalupe Marvilla:
…cuando toco el gong estoy tocando un gong de la misma frecuencia de sonido como el sol, uno está sintiendo una energía del sol, uno de la luna, la [misma vibración que hace la luna, verdad?
Todo, todo tiene vibración. Y esos instrumentos tiene la misma vibración que estos planetas. Y uno está agarrando la energía de esto. Yo no creo ens sanar nadie completamente. Pero con ese sonido yo abro el espacio para que el la sanación continue o empiece, pero al final, uno tiene que hacer el trabajo uno mismo.
Cinthya Santos-Briones:
En nuestras comunidades de origen, la muerte tiene un significado que vas más allá, no? Pasas a otro plano, a otro estado, y creo que no poder despedir a nuestros muertos con música, con flores, en comunidad, en familia. Esa imagen para mí sigue presente.
Josh Franco:
Hola, somos el podcast de ARTiculated y yo soy Josh T. Franco, lidero el departamento de Colecciones aquí en los Archivos de Arte Estadounidense del Smithsonian. Este episodio será multilingüe y podrás escuchar todo el programa en español con algunos comentarios en inglés a continuación. Este podcast recibe apoyo de la Fundación Alice L. Walton.
Este es el último de una serie de cuatro episodios sobre las artes visuales y la salud y fue cocreado con Fernanda Espinosa, becaria del Fondo Nacional para las Humanidades a través de la Asociación de Historia Oral. Cada episodio explora perspectivas de artistas que en su trabajo cuestionan las fronteras entre naciones, comunidades y entre lo humano y la naturaleza.
Puedes escuchar los anteriores capítulos en inglés regresando al 3er capítulo de la tercera temporada.
Fernanda Espinosa:
En estos últimos tres años, la pandemia del COVID 19 nos ha obligado a reformular nuestro entendimiento de la salud en el contexto físico, mental y de la comunidad.
En medio de las distancias y aislamientos, hemos evaluado nuestras relaciones nos hemos preguntado sobre nuestro sentido de pertenencia y de conexión, más allá de las experiencias individuales.
Para conmemorar estos cambios y reflexionar sobre la evolución de los tiempos, para esta serie hemos invitado a cuatro artistas para que nos compartan sus nociones sobre la salud y la pertenencia en su trabajo y hemos puesto estas entrevistas a dialogar con la colección de historias orales de los archivos del Archives of American Art. En este último capítulo, y el único bilingüe, nuestro invitado es el artista Guadalupe Maravilla y nuestra entrevista de archivo es con l artista Cinthya Santos Briones. Ambos artistas trabajan en la intersección del arte visual y el activismo en relación a comunidades inmigrantes indocumentadas las historias y experiencias de estas personas para llegar y quedarse en Estados Unidos.
A continuación, proveeremos un corto [00:04:00] resumen del contenido de las entrevistas en inglés y español. Por favor quédate para disfrutar de las entrevistas originales en español.
Fernanda Espinosa: Guadalupe Maravilla es una artista y sanador en Brooklyn, Nueva York. Trabaja desde una variedad de conocimientos y prácticas de sanación para crear instalaciones de arte terapéuticas. En este episodio, Guadalupe nos cuenta sobre su experiencia huyendo de la guerra civil de El Salvador y su camino a Estados Unidos como menor indocumentado y sin compañía. Además, nos comparte sobre superar el cáncer como adulto. Estas vivencias lo han llevado a su práctica de curación a través del sonido, la escultura y el espacio.
Fernanda Espinosa: Bienvenido Guadalupe, muchísimas gracias por acompañarme en este episodio para el podcast de ARTiculated del Archivo de Arte Estadounidense del Smithsonian. Aprecio mucho que nos estés brindando tu tiempo, especialmente cuando estás tan ocupado con muchas exhibiciones y todo el trabajo también que haces de voluntario y trayendo ayuda a las distintas comunidades
Bueno, para esta entrevista, me gustaría que te presentes y que me cuentes algo importante sobre ti como persona y como artista para presentarnos con el público.
Guadalupe Maravilla: Hola, mi nombre es Guadalupe Maravilla. Soy artista, nací en El Salvador y yo fui de los primeros niños que fueron indocumentados, que llegaron aquí a Estados Unidos sin sus padres, escapando la guerra civil de El Salvador. Y estoy viviendo aquí en Nueva York, trabajando con la comunidad indocumentada y también soy artista. Yo empecé a dibujar antes que podía hablar. Tengo una historia de estar haciendo arte desde niño y cuando estaba chiquito también, estaba participando en un Boy Band de Menudo.
Y hicimos—cantábamos y bailamos y todo eso estaba pasando mientras había una guerra civil en El Salvador. Después de eso, la guerra se puso bien intensa, mis padres no tenían opción. Tuvieron que escaparse de El Salvador por razones políticas. Cuatro años después de que ellos que se fueron, tuve que cruzar la frontera con coyotes que me cruzaron hasta que llegué a Estados Unidos; un viaje de dos meses y medio. Y así es cómo llegué
Fernanda Espinosa: Tu experiencia como niño ha influenciado mucho el trabajo que haces hoy en día en distintos aspectos. Puedes hablar un poquito más de ese trabajo y de cómo traes tu experiencia vivida a tu práctica artística?
Guadalupe Maravilla: Es algo bien importante para mí porque todavía estoy con la comunidad que está pasando por eso. Conozco gente todo el tiempo de que acaban de cruzar esta semana. Siempre, mucha gente que me viene a pedir por ayuda, y también trabajo con el pastor en la iglesia, que es de la comunidad indocumentada. Pero también mi arte. Todo el trabajo que hago habla de mi experiencia como indocumentado y todos los obstáculos que traen ser indocumentado y trauma que trae haber sido indocumentado. Toda la experiencia que tuve en El Salvador y el proceso de migrar.
Y todos los obstáculos que tuve cuando llegué a Estados Unidos. Como mucho trabajo que uno tiene que hacer para sanarse de eso.
Fernanda Espinosa: Hablando, eh, del sanar, o en inglés, que también llamamos, healing, y que es un poco distinto al concepto occidental, de la salud, no? Esta serie que yo he estado cocurando con los Archivos, trata un poco de acercarse a la idea de sanar y cómo los artistas, tratan ese tema a través de su trabajo en especial considerando que acabamos de pasar, y en algunos aspectos, seguimos pasando por una crisis salud a raíz de la pandemia, no? Si me puedes contar un poco más de dónde comienza tu relación con estos conceptos de la sanación y de la salud y cómo se muestran esos en tu vida y en tu trabajo.
Guadalupe Maravilla: Cuando tenía 17 años, vivía en Newark, New Jersey y conseguí mi apartamento, estaba bien feliz de que por fin tenía mi propio apartamento y abajo había una bodega, de una tienda que vendía flores, pero yo no entendía por qué las flores eran de plástico. Y la gente entraba todo el tiempo y nadie estaba saliendo con flores de ahí. Y un día fue a pagar la renta abajo y el dueño del del edificio — era Ralphie— era un hombre ciego, puertorriqueño. como casi 70, 80 años. Bien especial, siempre sonriendo, bien feliz.
Un día fui pagar la renta y escuché unos tambores y mucha gente. Entré al cuarto y toda la gente está vestida de blanco y era un ritual de Santería. Estaban como cantando, bailando, haciendo rituales.
Y después de eso, le preguntaba: “Qué estaba pasando ahí? Cuéntame, cuéntame, cuéntame! Quiero aprender, quiero saber lo que estaban haciendo”. Sentía la energía, sentía algo que estaba pasando
Sabes que yo siempre he estado muy interesado en aprender cómo sanar el cuerpo; el espíritu. Siempre he estado curioso de eso, aprendiendo muchas herramientas cómo estar mejor, cómo sanar todo el peso que andaba cargando ya; porque ya no lo cargo ya. Aunque para mí siempre voy a estar sanándome de esa experiencia que tuve cuando estaba niño nunca, nunca me voy a sanar completo, pero lo que no hago es andar cargando todo ese peso que cargaba antes. Empecé bien joven, tratando de aprender cómo ser mejor, cómo aprender, cómo tratarme bien, como cuidarme. Siempre con la curiosidad de crecer y avanzar. Y aprender cómo usar las herramientas para sanar el cuerpo, el espíritu.
Pero a mí me dio como bien fuerte cuando descubrí que tenía cáncer cuando cumplí 36 años. Mi cumpleaños es el día de Guadalupe, diciembre 12. So, en el 2012, mi cumpleaños, iban a ser todos doces; el 12 día, 12 mes y 12 año si lo sumas son 36.
Estaba saludable completamente y descubrieron que tenía cáncer, casi estaba a nivel cuatro. Tuve cirugía, quimioterapia y radiación, pero al mismo tiempo estaba trabajando con curanderos de todo el mundo. Curanderos de China, de Corea, de Tibet, de Israel. Shamanes de Estados Unidos, de México, Centroamérica, Sudamérica
Aprendí que las plantas son medicina, aprendí que el sonido es medicina, cómo sanar el cuerpo, cómo sanar el espíritu, y más que todo, de dónde llegó el cáncer; por qué me llegó. Y después de eso, descubrí que el cáncer mío me había llegado de traumas que tenía de ser niño, de estar en una guerra civil, de estar separado de mi familia, de cruzar la frontera por dos meses y medio solo, como todo ese trauma se manifestó en un tumor en mi estómago y se convirtió en cáncer en un tiempo.
So, para mí, esa es la gran medicina que he aprendido, pero no fue fácil porque tuve que pasar por el cáncer para aprender a usar todas estas herramientas que he recogido durante todos esos años y cómo usarlas para sanarme yo mismo.
Fernanda Espinosa: A partir de tu interés por el sanar y por la salud. Tú has ido cada vez trabajando un poco más esto en tu propio trabajo artístico. Si pudieras hablar un poco más de que del trabajo que tú estás haciendo ahora en tu práctica artística en relación a estos conceptos que mencionaste.
Guadalupe Maravilla: Cuando tenía cáncer, estaba haciendo radiación, descubrí que el sonido me estaba ayudando. Hice como 35 sesiones de radiación. Cuando llegué como a 20, esa radiación había secado todo mi cuerpo y el cuerpo es como 60, 70% agua y [a] ese agua le estaba quemando la radiación.
En ese tiempo, alguien me llevó a hacer un baño de sonido, a sound bath, y no sabía qué era. Me acostaron en frente del instrumento que es un gong y el señor estaba tocando y después me sentí mucho mejor.
Y dije okay, si me recupero un día, voy a aprender a tocar ese instrumento. Cuando me recuperé de cáncer, encontré un señor que fue de los que inventaron ese tipo de medicina de sonido. Y fue mi profesor y me enseñó. No he parado desde ese tiempo
Todas las culturas de todo el mundo siempre han usado sonido en sus ceremonias tradicionales. los tibetanos hacen canciones con su garganta, que son como sonidos de vibración y para sanar. Todos los tambores de África en sus rituales también son instrumentos de sanación. Esa vibración es para sanar. Cuando cantan los curanderos, [en] nuestros países también. El sonido es siempre es parte de todos los rituales, no es un concepto nada nuevo, es super antiguo. Pero ahora, yo estoy usando estos instrumentos, estos gongs que son modernos y usan tecnología para hacerlos. Los hacen en Alemania, los hacen en Estados Unidos. Y muchos de ellos tienen el mismo sonido de frecuencia que los planetas.
NASA descubrió que todos los planetas tienen una frecuencia de sonido. Y los alemanes dijeron de que pueden poner esa frecuencia de sonido en el gong. Cuando toco el gong, estoy tocando un gong de la misma frecuencia de sonido como el sol —uno está sintiendo una energía del sol, uno de la luna —la misma vibración que hace la luna, verdad?
Todo, todo tiene vibración. Y esos instrumentos tiene la misma vibración que estos planetas. Y uno está agarrando la energía de esto. Yo no creo en sanar nadie completamente. Pero con ese sonido yo abro el espacio para que la sanación continue o empiece, pero al final, uno tiene que hacer el trabajo uno mismo.
Fernanda Espinosa: Y con tus esculturas sonoras has llevado esta performance, pero también sesión de sanación, a distintos espacios. ¿Qué es lo que sientes cuando puedes activar tu obra para hacer este momento colectivo?
Guadalupe Maravilla: Yo soy artista cien por ciento y ha sido súper lindo traer mis esculturas —que yo las llamo "Disease Throwers"— y llegan a los museos y se pueden activar en estos espacios. Por ejemplo, como el trabajo que he estado haciendo con la comunidad indocumentada, eso lo hacemos en la iglesia en Bay Ridge, Brooklyn, con el pastor Juan Carlos Ruiz, y son más privadas. Pero también yo entiendo que el mundo necesita aprender las herramientas de sanación. Tener esa experiencia en los museos, abre las puertas para otros tipos de gente y esos espacios se llenan. Han llegado miles de personas a mis ceremonias a los museos, mucha gente se pone a llorar. Se afectan mucho, me cuentan historias después y el trauma viene en muchas maneras, y abrir este espacio para esos museos y hacer unas ceremonias privadas en esos espacios, ha sido bien importante para mí. Como una combinación de estar haciendo los dos, soy artista, pero también trabajo con sanación. Para mí es todo es una cosa junta. No es nada separado, arte es sanación, es parte de todo lo que yo hago y me afecta a todo lo que hago. Afecta cómo cuido el cuerpo, mis amistades, mi relación con las plantas, con los animales. Con amigos, con estudiantes, cuando daba clases. Todo eso es importante para mí, es un mundo que está todo, todo conectado.
Dos años antes de la pandemia, estaba trabajando con la comunidad indocumentada en un lugar privado en el Lower East Side de Nueva York y estaba haciendo esto, estaba enseñando las herramientas a la comunidad indocumentada para que ellos hagan el trabajo para sanarse. Les enseñaba meditaciones, contrataba a otros sanadores que fueran a hablar de plantas, herbalistas, traje a curanderos que nos hablaran, traje a alguien que nos enseñara Chi Kung y yoga.
Todas las semanas, era algo diferente y el grupo se empezó a formar y a conectarse bien. Pero cuando empezó la pandemia, perdieron el trabajo. Hacían delivery, no había trabajo ahí. Cuidaban niños, no había trabajo de cuidar niños, hacían limpieza, no había trabajo limpieza porque toda la gente estaba en la casa. Les afectó mucho.
No tenían dinero. Empezaron a preguntar "¿Lupe tienes trabajo, tienes algo?" y yo tenía nada. Después el gobierno de Estados Unidos dio como mil dólares a la gente de Nueva York, yo agarré esos mil dólares y se lo compartí a cuatro familias. Lo puse en my instagram y pues toda la gente dijo okey, ¿cómo puedo ayudar?
Empezaron a dar dinero y en seis meses o siete meses, colecté casi $80,000. ese primer mes cuando estaba todo cerrado, en los primeros dos meses, yo empecé a regalar dinero. Mucha gente me decía o "okay, Guadalupe. Mira, soy familia de tres. ¿No tenemos nada de comer, nos puedes dar $300?" Okey, sin preguntas. Después, me llamaba otra familia. Les daba sin preguntas.
Empecé a dar mucho dinero, muy rápido. El dinero llegaba, el dinero se gastaba y lo posteaba en Instagram y la gente daba más dinero. Y llegué al punto que no podía ni dormir, porque la gente me llamaba. Yo, como llegué a esta posición y soy artista, ¿cómo le puede dar a toda esta gente?
Y ahí es cuando empecé a colaborar con el pastor Juan Carlos Ruiz que le estaba dando de comer 3,000 personas. Yo empecé como haciendo delivery, dejando comida, construyendo el jardín en el techo de la iglesia.
Y Juan Carlos me dice “mira te necesito más que hagas trabajo de sanador, ponte a trabajar porque tenemos voluntarios para hacer lo que estás haciendo”. Y me dijo okey, todos los sábados la iglesia es tuya —"la iglesia de los gongs" le decía— y dale. Porque no estaba haciendo ni misa en esos días, la iglesia se había convertido en warehouse gigante. Y se convirtió en la “iglesia los gongs” por dos años, casi. Y por dos años, estaba haciendo todo lo que estaba haciendo antes, hablando, enseñando de las herramientas que había recogido con cáncer y enseñar todo lo que había aprendido.
Fernanda Espinosa: ¿Puedes contar un poco más a las personas que no han visto tu trabajo lo que estás trabajando ahora?
Guadalupe Maravilla: Muchas de las esculturas que algo tienen gongs, los puedo activar y hago las ceremonias en los museos. Se toca el instrumento y la vibración se escucha y se siente en el espacio y hago ceremonias en los museos, pero también en la iglesia, es como parte de del trabajo estoy haciendo. Y ahora compré un bus en El Salvador. Se transformó en una herramienta de vibración y sanación en la Ciudad de México y ahora no tiene motor es como un bus de sanación que cuando se tocan los gongs en el bus, todo el bus se pone a vibrar. Las paredes vibran en el piso vibran. Ahora estoy experimentando mucho con vibración, no solo el sonido como se toca algo y siente la liberación, ¿cuál es el poder de eso? Algo nuevo que estoy explorando ahora en el trabajo.
Fernanda Espinosa: Cynthia -Santos Briones es una fotógrafa y educadora en Brooklyn, New York. En su entrevista del dos mil veinte para el proyecto de historia oral de la Pandemia, nos comparte cómo conoció de las sesiones de sonido terapéuticas de Guadalupe Maravilla y sobre su experiencia como voluntaria para brindar apoyo a comunidades migrantes durante la crisis inicial de la pandemia
Cinthya así puedes presentarte en tus propias palabras.
Cinthya Santos-Briones: Mi nombre es Cinthya Santos-Briones. Soy una fotógrafa antropóloga, mi historiadora y organizadora comunitaria mexicana radicada en la ciudad de Nueva York. Mi trabajo multimedia como artista utiliza un enfoque colaborativo para contar historias sobre la patria, la memoria, la identidad. Trabajó con archivos y con la auto representación también. Utilizo también un enfoque multi disciplinario, como la fotografía, la etnografía, los dibujos y las narrativas audiovisuales escritas. Antes de trabajar como artista— como fotógrafa, me dediqué por casi una década a el trabajo de investigación en México a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia en temas relacionados con migración con códices, con textiles, con chamanismo, medicina tradicional,
Fernanda Espinosa: Esta es una entrevista que busca entender la experiencia de los artistas durante estos tiempos de cambios, no solamente la pandemia, pero también, los levantamientos que han ocurrido en Estados Unidos en los últimos meses. Y en ese contexto, quisiera que me cuentes personalmente cómo has de estado, cómo has vivido estos últimos meses de pandemia.
Cinthya Santos-Briones: La pandemia me enseñó a mirar a escuchar y a sentir con más detenimiento. Ser más compasiva con los otros y conmigo misma. Vivir este memento histórico también me ha generado muchas preguntas como ser humano, como mujer, como artista y como organizadora comunitaria.
Recuerdo que justo en marzo, cuando el gobierno de los Estados Unidos anunció la cuarentena obligatoria, era un momento muy confuso. La pregunta recurrente era: ¿Qué nos llevó a vivir como sociedad de este memento?
Recuerdo que, en ese momento, el teléfono de mi esposo, que es un ministro luterano, no dejaba de sonar. Porque él se dedica a través de su iglesia al ministerio, de migrantes, trabaja mucho con la cuestión de la detención y al acompañamiento de diversas formas a la comunidad y la gente de la comunidad le llamaba por teléfono para decirle que su hermano, su primo, su cuñado estaban o enfermos o habían ya fallecido.
También había mucha incertidumbre por parte de la población de la comunidad migrante.
Sin embargo, creo que hubo un mar de solidaridad en esos momentos. En la iglesia donde mi esposo trabaja, y de la cual yo soy parte, a la segunda semana que se anunció la cuarentena. un grupo de apoyo de voluntarios, pero también de miembros de la comunidad, llegaron a ofrecer comida. Entonces, en ese memento había mucha necesidad. La gente se estaba quedando sin trabajo: empleadas domésticas, la gente de la construcción, la gente de los restaurantes, las niñeras, los artistas también—me incluyo en ese, en esa comunidad que estuvo desempleada y había mucha necesidad.
Entonces también ver ese mar de humanidad. Por un lado, las muertes los infectados, el miedo, el temor, la incertidumbre, por otro lado, en esos momentos estaba estallando la primavera. Los árboles de cerezo estaban, resplandeciendo floreciendo. Y, por otro, este mar de humanidad y solidaridad de nuestras comunidades que, de hecho, ya es parte de su cultura,
Darnos cuenta también como artistas de reflexionar; yo al menos tuve este memento de reflexionar: ¿para dónde quiero llevar mi trabajo como artista?
Fernanda Espinosa: Me interesa que me cuentes un poco más sobre, ¿cuáles han sido esas imágenes, talvez con tu visión de fotógrafa que se han quedado contigo de estos tiempos?
Cinthya Santos-Briones: Creo que una de las imágenes que recurrentemente, viene a mi mente como una reflexión, es vernos enmascarados. Vernos cubriendo nuestras en nuestras bocas, nuestras narices. No poder ver sonreír a la gente como anteriormente, pero también las muertes.
En nuestras comunidades de origen, la muerte tiene un significado que vas más allá, no? Pasas a otro plano, a otro estado, y creo que no poder despedir a nuestros muertos con música con flores en comunidad en familia. Esa imagen para mí sigue presente.
Cuando falleció una persona a causa del COVID, la envolvían en plástico y lo sellaban. No lo podías abrir, no porque el virus permanecía aún después de que la persona había muerto. Entonces, ver esa imagen de mi esposo bendiciendo, haciendo una oración a una caja de cartón, me parecía algo muy inhumano. ¿No vamos a tener un funeral? ¿No vamos a caminar con la caja? ¿No vamos a rezar? ¿No vamos a hacer un novenario? Ahora viene el día de los muertos, pensando también en cómo vamos a darle el último adiós a esas almas para que se vayan en paz de este mundo.
Creo que también una de las cosas, como te decía en un principio, era ver cómo la propia gente de la comunidad se empezaba a organizar, pero también hacer una reflexión de qué acciones y qué prácticas positivas como sociedad, tenemos que tener para comenzar a transformar un mundo o comenzar a regresar a nuestros orígenes.
Ahorita hablo un poco de la iglesia, porque es desde ahí donde también trabajo mucho, y los sábados un artista, Guadalupe Maravilla, vino. Se acercó a la comunidad — él está trabajando bastante ahí en la iglesia involucrado en la en proveer de alimentos a la comunidad, pero él también tiene un proyecto de terapia de sonido y él nos está proveyendo todos los sábados de baños de sonido. Y es muy, muy interesante como por una hora, nos acostamos y escuchamos esa terapia de sonido. Algunos duermen. Algunos solamente se relajan. Es un momento de cuidado.
Y creo que también es una reflexión para la gente que trabajamos entre el arte, el activismo — me decía una amiga, ¿cómo vamos a cuidar a los cuidadores, a los que nos cuidan? Eso ha sido también creo—qué formas de cambiar nuestras prácticas ha generado esta pandemia; de reflexionar.
Fernanda Espinosa: Te agradezco por compartir estos estas nociones de estos tiempos y para ir cerrando, quisiera hacerte dos preguntas. ¿Cuál has visto tú, desde tu perspectiva personal de artista, de organizadora, que sea la intersección o las conversaciones con los levantamientos alrededor de la justicia racial? ¿Y si hay algo más que quieras compartir que no te he preguntado hoy?
Cinthya Santos-Briones: Creo que el movimiento que se generó durante esos meses fue un movimiento a nivel mundial. Estaban saliendo a protestar en Nueva York, en Filadelfia, pero también en México, pero también en Europa contra el racismo sistemático, pero también contra la brutalidad policiaca. En México, por ejemplo, nuestra tercera raíz es la afromexicana y apenas en el levantamiento zapatista se comenzó a hablar de una nación multicultural y multiétnica.
¡Hay muchos George Floyds que no han recibido justicia! Yo lo que creo [es] que la policía, la misma policía que mató, que ha matado, que ha asesinado brutalmente a nuestros hermanos de la comunidad afroamericana, es parte del mismo sistema que deporta, encarcela y mata migrantes refugiados y solicitantes de asilo, y es el mismo sistema que está separando a los niños de sus padres en la frontera.
Fernanda Espinosa: Te agradezco un montón por brindarnos de este tiempo y por brindarnos tus palabras para que otros puedan también entender un poco más desde tu perspectiva. ¡Muchas gracias!
Cinthya Santos-Briones: No, muchísimas gracias a ustedes a ustedes.
Fernanda Espinosa: This concludes our series on art and healing. Thank you for joining this 4-episode journey through the stories of artists who invite us to see the world differently. Thank you also to the Archives of American Art and Ben Gillespie, for providing me with the space to select and interview such talented and amazing artists and human beings.
Fernanda Espinosa: Esto concluye nuestra programación de la serie sobre el arte y la salud. Muchas gracias por acompañarme a través de estos cuatro episodios a través de la historias de artistas que nos invitan a ver nuestro mundo de otra manera. Gracias también al Archivo de Arte Estadounidense y a Ben Gillespie por brindarme este espacio para elegir a tan brillantes artistas y seres humanos
Josh Franco:
Este podcast es producido por Ben Gillespie y Michelle Herman en los Archivos de Arte Estadounidense. Fue editado por el equipo de Better Lemon Creative Audio y por José Espinosa.
Nuestro tema musical proviene de Sound and Smoke, compuesto por Viet Cuong interpretado por el Peabody Wind Ensemble con la dirección de Harlan Parker.
Para obtener notas sobre el programa, referencias y recursos adicionales, visita aaa.si.edu/articulated.
Los Archivos agradecen especialmente a Fernanda Espinosa por curar este episodio y a José Espinosa por su asistencia en ingeniería de audio. Gracias a Guadalupe Maravilla por compartir su práctica e historia, y Cinthya Santos-Briones por su generosidad de espíritu.
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